Taller de Arte

«Desde el primer momento de mi actividad docente, en mi taller yo supe que esta actividad es la verdadera dialéctica en el mundo de la pintura, y que ese diálogo, o se establece con los alumnos, o lamentablemente, se pierde.»
Clelia Speroni

TALLER

CLELIA SPERONI

Enseñanza de dibujo y pintura

«Desde el primer momento de mi actividad docente, en mi taller yo supe que esta actividad es la verdadera dialéctica en el mundo de la pintura, y que ese diálogo, o se establece con los alumnos, o lamentablemente, se pierde.»
Clelia Speroni

TALLER

CLELIA SPERONI

Enseñanza de dibujo y pintura

Los realizadores. Una ventana a la vida.


Clelia Speroni ha enriquecido su vida de pintora instalando un taller en el que se exhiben, ya, obras de sus alumnas.

Su obra tiene una belleza directa y extraña, porque utiliza el color a máxima saturación, y las formas constituyen un verdadero retorno al pre-renacimiento italiano, esencialmente un retorno al norte de Italia.

La visitamos en su estudio que inauguró hace poco, y en el que exhibe los mejores trabajos de cada uno de sus alumnos y donde, por cierto, es posible encontrar obras de Forner, Basaldúa, Figari, Seoane y otros.

“Para mí enseñar es un constante dar y recibir; es, por sobre todas las cosas, una respuesta dinámica a la vida”, nos dijo Clelia en el comienzo de una amable charla.

Añadió que “yo inicié mi taller propio en 1979, aunque desde hace muchos años ejerzo la docencia en la Escuela Nacional de Bellas Artes”.

“Desde el primer momento de mi actividad docente, en mi taller yo supe que esta actividad es la verdadera dialéctica en el mundo de la pintura, y que ese diálogo, o se establece con los alumnos, o lamentablemente, se pierde”.

Acotó que “el 9 de noviembre me instalé aquí –una casa de estilo francés en pleno barrio norte- y ya estamos con esta exposición que permanecerá, todavía, algunas semanas más.

Esa casa, que tiene varias habitaciones, está ya totalmente adaptada a las funciones de taller, con caballetes y pinturas en todos los cuartos, cuadros en todas las paredes, una claridad que inunda todos los espacios, y una alegría de vida que se percibe apenas se pone los pies en ella.

El grupo humano es agradable –personas diferentes unidas por la comunicación irrenunciable del arte- y pudimos conversar, felizmente, porque fue una experiencia real, con Miryam Bisciotti, Dolly Alexander, Marité Benvenuto, Norma Canova, Luis Casanova, Mabel Casal, Mercedes Colautti, Paula y Angelines Saenz, Cuqui Sánchez, Marta Sívori, Silvia Sver, y Ginny Stocker, una amiga –esta última- que tuvo la particularidad de cambiar actividades políticas por el estudio de la pintura. Clelia Speroni atiende una por una a sus discípulas, ve sus trabajos, hace indicaciones y respeta cada uno de los estilos que, de una u otra manera, con más o menos indicios, comienzan a manifestarse.

Le preguntamos si en el principio de esta carrera la disciplina es imprescindible. “Por supuesto” nos respondió para añadir que “sin método no se progresa y, tenerlo en cuenta no es anular la libertad de creación, de ninguna manera”.

Clelia Speroni ha triunfado, como pintora, en Europa. París y Roma la incorporaron a sus galerías más de una vez. “Sin embargo, soy esencialmente argentina; mis raíces están aquí”, confiesa casi con emoción.

La visita al estudio de Clelia sobrepasó el compromiso de una nota periodística, porque estar una hora con ella y su grupo significaron muchas cosas más. A veces, el periodismo nos reserva sorpresas, y entre ellas, la posibilidad de asomarnos a la vida desde otro lugar, otra ventana, para ver el único cielo que propone la creatividad: la múltiple existencia de ideas a través de formas y colores.
Diario La Capital, Rosario (1984). Lena Burtin.