Mi propósito (Juana de Arco)

Exposición Jeanne d’Arc, son entourage
BAC British Arts Centre, Buenos Aires, Argentina

Diversas situaciones personales; una medalla con la imagen de la santa que me legara mi madre y el encuentro del libro “Le procès de Jeanne d’Arc;au Jour le Jour” de M. L’abbé Lemire – Editions de la Vicomte; du V°centenaire; 1431-1931, me impulsaron a investigar el universo de personajes que acompañaron, combatieron, traicionaron o fueron indiferentes con ella.

Estos retratos son el fruto de esa investigación.
Cuando tuve decidido quién jugaría el rol de Juana, en esa película mental que se me había formado, comencé a buscar, a imaginar cómo eran esos personajes-actores, que según el relato la habían acompañado.
Paulatinamente fui hallando en mi entorno, amigos y parientes, quienes les podrían dar carnadura a los personajes de la historia de Juana.

A los elegidos les pedí que asumieran los roles que a cada uno le había asignado y me dejaran retratarlos, en función de esas necesidades y con el grado de fidelidad posible.

En esa recreación, como no podía ser de otra manera, está también presente la mirada femenina, admiro profundamente a la joven paisana de Domrémy, quien después de haber sido ídolo de una parte de Francia, desciende al rango de bruja peligrosa, demostrando en el juicio, en el que se jugaba la vida, que era más dueña de sí misma de lo que había sido en la corte y hasta en los mismos campos de batalla.

Su resignación y su confianza en Dios son memorables. Jamás reniega de Él, ni en los peores momentos admite ser abandonada, al contrario, ella declara que si Dios permitió que la tomaran, es sin duda porque era mejor así.
A Juana la consumió un fuego real y concreto, que se ha proyectado en un fuego simbólico, de múltiples aspectos, en el que se queman las mujeres en diferentes circunstancias; sociales, étnicas, políticas, religiosas, familiares o psicológicas.

La información que el mundo global nos proporciona cotidianamente, demuestra cuan lejos estamos de los ideales proclamados y cuan cerca nos encontramos todavía, de los padecimientos de Juana.

La mayoría de los trabajos son obras unitarias o dípticos, resueltos con la técnica del pastel seco y lápiz pastel. Si bien esta técnica posibilita generar rayas y obtener mezclas por yuxtaposición; en las áreas de gran superficie las formas están resueltas por superposición y mezclas, tono sobre tono, fragmentando los pasajes de valor y generando el volumen. Este sigue un principio de construcción que acentúa lo anatómico con cierta síntesis geométrica.

Con estos trabajos, retratos de estilo netamente académicos, pretendo rendir un doble homenaje; primero a todos los maestros retratistas de nuestra historia y simultáneamente a todas las mujeres que, a pesar de todos sus sacrificios y frustraciones, con entereza luchan por ensanchar su lugar en el mundo.